miércoles, 12 de septiembre de 2018

EL RESPETO





EL RESPETO.
El respeto es la base fundamental para una convivencia sana y pacífica entre los miembros de una sociedad. Para practicarlo es preciso tener una clara noción de los derechos fundamentales de cada persona, entre los que se destaca en primer lugar el derecho a la vida, además de otros tan importantes como el derecho a disfrutar de su libertad, disponer de sus pertenencias o proteger su intimidad, por sólo citar algunos entre los muchos derechos sin los cuales es imposible vivir con orgullo y dignidad. El respeto abarca todas las esferas de la vida, empezando por el que nos debemos a nosotros mismos y a todos nuestros semejantes, hasta el que le debemos al medio ambiente, a los seres vivos y a la naturaleza en general, sin olvidar el respeto a las leyes, a las normas sociales, a la memoria de los antepasados y a la patria en que nacimos.

Para ser respetuosos...

- Tratemos a los demás con la misma consideración con que nos gustaría ser tratados.
- Valoremos y protejamos todo aquello que nos produzca admiración.

La falta de respeto

La falta de respeto es propia de las personas desconsideradas y egoístas, insensibles en alto grado al entorno social. Es tal su indiferencia o su ignorancia con respecto a quienes viven a su alrededor, que pasan por alto las más elementales normas de convivencia, como si no las conocieran -lo cual resulta ser cierto en muchos casos- o, lo que es peor, conociéndolas y haciendo alarde de que les tienen sin cuidado. Quienes así obran causan un daño considerable a la sociedad y a los individuos en particular, pues pisotean su dignidad y su derecho a ser tenidos en cuenta y respetados. Este comportamiento es típico de los gobernantes y funcionarios corruptos o despóticos, de los
padres o madres tiránicos, de los hijos insolentes o desagradecidos, de los maestros autoritarios o arbitrarios, de los vándalos que destruyen por placer los bienes de la comunidad, y en general de todos aquéllos que desconocen el valor de las personas y de las cosas. 







Respeto es una palabra cuyo significado puede variar con respecto al contexto donde se encuentre.
El respeto puede manifestarse como un sentimiento de obediencia y cumplimiento de ciertas normas: el respeto a la ley, por ejemplo.
Tener respeto por alguien o algo superior, por su parte, alude a una actitud que puede expresarse como sumisión, temor, recelo o prudencia.
Hablar acerca de un tema con respeto, como, por ejemplo, las diferentes religiones, creencias y comportamientos del ser humano, es hablar de manera sensible, ponderada y reflexiva, sin incurrir en descalificaciones o menosprecios.
Asimismo, la expresión “con todos mis respetos” indica que lo que se va a decir a continuación es una crítica pero constructiva y con respeto hacia la otra persona.
El respeto puede ser también una forma de mostrar veneración o adoración, de prestar culto o rendir homenaje a alguien, como lo indica la expresión “presentar mis respetos”. En este caso, cuando utilizamos la palabra “respetos” en plural, es para significar saludos de cortesía.
“Faltar al respeto”, finalmente, es no guardar la consideración o el debido respeto a una persona, en especial al decirle una cosa poco apropiada.







Por qué cuesta respetar las diferencias





Debe entender que los demás, al igual que usted, tienen una opinión propia sobre la vida, la cual es tan válida como su punto de vista. Respétela.
Cada día se nota más en la sociedad la falta de tolerancia y de respeto para con los demás. Quizás las razones son inexplicables, pero todos en algún momento han cruzado el límite de la cortesía y han agredido al otro. Algunas veces sin intención.
El respeto debe ser un valor, según los expertos, infundido desde la infancia, que al contrario de ser conceptual es un hábito que se debe poner en práctica a diario. Aunque muchos recibieron la lección de sus padres, es cumplirlo con el prójimo, por eso siempre se debe buscar conocer la opinión, pensamiento e ideas de los demás.
La pregunta es ¿Por qué cuesta respetar las diferencias? El principal motivo, de acuerdo con los especialistas en sicología, es porque muchas veces las personas no logran tener el respeto hacia sí mismos, esto hace que sea imposible darlo a los demás. Otro motivo es debido al egocentrismo que los acapara, en el que persistentemente desean que su posición sea primero, sin importar lo que piensen o sientan los demás.
Los expertos consultados resuelven las inquietudes frente a este tema y dan algunos consejos para evitar caer en faltas de respeto o intolerancia con sus familiares, amigos o conocidos.
Primero respétese uste

“Este es un valor, una virtud, que para saber qué es, debo iniciar por mí. Simultáneamente adquiero capacidades de respeto al otro y los otros. No solo la opinión sino el sentimiento. Una vez que comprenda esto, empiezo a saber que debo escucharme y escuchar, lo autocontrolo, conozco mis límites, asumo una actitud de respeto, la proyecto a los demás y valoro a los que me rodean”, puntualiza la Facilitadora. 
Por qué cuesta respetar las diferencias de los demás?

Siempre que tratemos temas sociales debemos tener en cuenta el contexto social al cual pertenecemos, esto no quiere decir que nuestros principios sean marcados por un espíritu egocéntrico que impide aceptar la opinión de otros de forma responsable y respetable, pero si se basa en el poco espacio que le dedica la sociedad en valores como el respeto, la humildad, la tolerancia, el derecho a escuchar y a ser escuchado sobre un parámetro de igualdad. Nuestra sociedad está inmersa en una escala muy alta de generación de violencia, donde impera la ley del más fuerte o del menos débil por llamarlo de alguna forma.

¿Por qué cuando se quiere tener la razón de opinión y pensamiento, se acude a emanar poder?

Esos mecanismos que son extremos sugiere que quien los dice posee la verdad absoluta, según su propio criterio y los defiende a costa de lo que sea, basado tal vez en su creencia, su experiencia, su imagen de poder o su estatus, o tal vez porque su formación mental le impide aceptar la opinión de otros. Basta llegar a internalizar en nuestros pensamientos la premisa de que ‘nadie tiene la razón verdadera’, para desmontar la creencia de que las cosas se hacen o se dicen de acuerdo con una postura particular.

¿A qué se debe que se tenga menos tolerancia cuando no se le da la razón?

Existen tres verdades: la verdad del uno, la verdad del otro y la verdad. Extraña dicotomía, pero con un sabor a imperfección que le cae muy bien a muchos seres humanos que se sienten absolutos e intocables. Se debe la minimización de la tolerancia precisamente al sometimiento de la verdad absoluta, a sentirnos impotentes ante una postura o un hecho que asumimos de forma diferente. 
¿Qué sucede con esas personas que se aferran a su pensamiento o criterio?

Hay que entender que estamos en un mundo plural en el que debo respetar y aceptar las ideas de los demás. Para un joven es más fácil, son más tolerantes y acceden a esos nuevos pensamientos, por su parte, el adulto en edad avanzada vuelve a esa terquedad de niño, a ese egocentrismo.

Esto es normal cuando está dentro del dialogo común, pero cuando busco defender mis ideas y pensamientos así deba morir o matar, se sale de eso normal. Lo importante es saber escuchar a los demás, sin pisotear el pensamiento o posición del otro. 


La sinceridad


¿Qué es la sinceridad?
La sinceridad es la cualidad de obrar y expresarse con verdad, sencillez y honestidad, sin fingimientos o segundas intenciones.
La sinceridad es una cualidad moral de gran valor. Se fundamenta sobre el respeto y el apego a la verdad como valor esencial en nuestra relación con los demás e, incluso, con nosotros mismos.
Una persona sincera es aquella que dice y actúa conforme a lo que piensa o cree. No tiene dobleces, ni intenciones ocultas, no busca intrigar ni perjudicar a nadie.
Además, al ser sinceros, generamos confianza hacia nosotros y demostramos nuestra honestidad, eso sin contar que también nos permite proyectar que tenemos valor y personalidad.

En este sentido, la sinceridad es una virtud apreciada con ciertas aprehensiones, pues la sinceridad total y el culto pleno a la verdad también pueden resultar molestos para algunas personas.
La sinceridad absoluta no existe en las relaciones humanas. Hay ciertos equilibrios sociales que un uso muy estricto de la sinceridad pudiera trastornar.

Por estar atados a ciertas pautas de comportamiento social, no siempre podemos decir lo que pensamos, aunque a veces lo deseásemos. En cierto sentido, el “exceso” de sinceridad, o la sinceridad sin moderación puede ser mal vista o resultar hiriente.
A veces no somos sinceros simplemente por ser amables, para no incomodar al otro. Otras veces evitamos ser sinceros para no afectar la relación que tenemos con otras personas, bien sea de amistad, de trabajo, de estudio o de cualquier otra índole.
De hecho, la justificación del uso de las llamadas mentiras blancas o mentiras piadosas obedece precisamente a la necesidad de evitar decir o hacer cosas que podrían afectar a otra persona de una manera indeseada. De allí que se considere que la sinceridad debe ser manejada con tacto y cautela.
Sinónimos de sinceridad son: franqueza, veracidad, sencillez, naturalidad, honestidad y honradez. Su antónimo sería, por otro lado, la hipocresía.


La honestidad


¿Que es la honestidad ?

como honestidad se designa la cualidad de honesto. Como tal, hace referencia a un conjunto de atributos personales, como la decencia, el pudor, la dignidad, la sinceridad, la justicia, la rectitud y la honradez en la forma de ser y de actuar. 
La honestidad es un valor moralfundamental para entablar relaciones interpersonales basadas en la confianza, la sinceridad y el respeto mutuo

Una persona que actúa con honestidad lo hace siempre apoyada en valores como la verdad y la justicia, y no antepone a estos sus propias necesidades o intereses. En este sentido, es una persona apegada a un código de conducta caracterizado por la rectitud, la probidad y la honradez.
La honestidad verdadera permea todos los aspectos de la vida de una persona: se manifiesta socialmente, pero también en el entorno íntimo del individuo y en su vida interior. Esto quiere decir que la honestidad es tanto exterior como interior, en vista de lo cual debe ser un comportamiento coherente, donde las acciones del individuo sean consecuentes con lo que piensa, dice y predica.
En una persona honesta, incluso los actos más pequeños están regidos por la honestidad. Informarle al vendedor que se ha equivocado a nuestro favor con el cambio, devolverle al anciano el billete que se le acaba de caer sin notarlo, cumplir con nuestras obligaciones aun cuando nadie nos vaya a gratificar por ello, vigilar nuestras palabras en la medida en que estas puedan herir o afectar a terceros, guardar discreción ante aquello que lo amerite, ser prudentes en el manejo de nuestros recursos tanto económicos como personales, asumir la responsabilidad de nuestros errores, rectificar y corregir cuando sea necesario, ser leales y transparentes en nuestras relaciones con los otros; todo ello no es sino una breve enumeración del largo catálogo de acciones donde podemos manifestar activamente nuestra honestidad.
En este sentido, un individuo socialmente honesto se mantiene apegado a los principios del buen obrar en todos los actos que constituyen su interacción con los demás: en el trabajo, en el tráfico, en su comunidad, en sus estudios, ante el Estado; asimismo lo hará en su vida más íntima, en sus relaciones afectivas, de amistad y familiares; e igualmente en su vida interior, es decir, en aquellos aspectos de su vida que no está obligado a compartir con los demás, como sus sentimientos, sus ideas, sus gustos e intereses. Un individuo honesto, en definitiva, es ante nada honesto consigo y, por lo tanto, no se traicionará a sí mismo.

La Amistad


¿Qué es la amistad?

la amistad es una relación afectiva  que se puede establecer entre dos o más individuos, a la cual están asociados valores fundamentales como el amor, la lealtad, la solidaridad, la incondicionada, la sinceridad y el compromiso, y que se cultiva con el trato asiduo y el interés recíproco a lo largo del tiempo.


La amistad puede surgir entre hombres y mujeres, novios, esposos, familiares con cualquier clase de vínculo, personas de distintas edades, religiones, ideologías, culturas, extracción social, etc. Incluso, una amistad se puede establecer entre un ser humano y un animal (no por nada el perro es el mejor amigo del hombre).
Relaciones de amistad pueden nacer en los más diversos contextos y situaciones: el lugar donde vivimos, el sitio donde trabajamos, la escuela, la universidad, fiestas, reuniones, el café que frecuentamos, a través de otros amigos, redes sociales, etc.
Las amistades, no obstante, tienen diferentes grados de compenetración. Desde los amigos con quienes sentimos relaciones más lejanas, hasta aquellos con quienes el trato es tan estrecho que los consideramos “mejores amigos”, otorgándole a esa amistad un grado de superioridad sobre las otras amistades.
La amistad no solamente surge con quienes tenemos más afinidades en cuanto a gustos e intereses, o con quienes tenemos más parecido, sino que puede aparecer entre personas muy dispares.
De hecho, a veces ese es un factor que fortalece la amistad, pues una buena amistad complementa y enriquece a la persona, no solo en el intercambio de ideas, información y sentimientos, sino también en el hecho de compartir los buenos y malos momentos de la vida.


Amistad y amor
El amor y la amistad tienen en común el profundo afecto, el respeto, la lealtad y el sentido del compromiso. De hecho, en la amistad hay siempre amor y en el amor, por lo general, amistad.
Se diferencian en varias cosas. Por ejemplo, el amor se propone durar para siempre, y, de hecho, el voto matrimonial así lo establece. En cambio, la amistad, no atada a más compromiso que el afecto recíproco, tiende a ser más sólida que el amor.
Una de las principales cuestiones en que se diferencian amor y amistad radica en la atracción sexual mutua que implica el amor, aunque haya casos en que de la amistad se pase al amor.
Además, los amigos pueden tener infinitas razones para serlo (compartir los mismos espacios ―como el trabajo o la escuela―, intereses comunes, pasiones afines, admiración mutua), mientras que los que se aman pueden no tener absolutamente nada en común y, sin embargo, desear fuertemente estar juntos.

Amistad verdadera
La amistad verdadera ha pasado a convertirse en un tema utópico en este mundo globalizado, de relaciones basadas en la inmediatez y la superficialidad, donde cada vez más somos más incapaces de poner de lado nuestros intereses y construir realmente un vínculo de amistad duradero y sólido.
Cuando hay una verdadera amistad, los amigos se reconocen entre sí como “mejores amigos”. Los mejores amigos son aquellos cuyo nivel de lealtad, atención, cuidado y cariño es superior al normal. Es aquel con el que se cuenta para toda la vida y que está presente en todo momento.


La Responsabilidad

QUE ES LA RESPONSABILIDAD

Responsabilidad es un cumplimiento de las obligaciones, o el cuidado al tomar decisiones o realizar algo. La responsabilidad es también el hecho de ser responsable de alguien o de algo.

Responsabilidad, se utiliza también para referirse a la obligación de responder ante un hecho

El valor de la responsabilidad

La responsabilidad se considera una cualidad y un valor del ser humano. Se trata de una característica positiva de las personas que son capaces de comprometerse y actuar de forma correcta. En muchos casos, la responsabilidad viene dada por un cargo, un rol o una circunstancia, como un puesto de trabajo o la paternidad.
En una sociedad, se espera que las personas actúen de forma responsable, ejerciendo sus derechos y desempeñando sus obligaciones como ciudadanos. En muchos casos, la responsabilidad obedece a cuestiones éticas y morales.

El valor de la responsabilidad en el cotidiano de los niños




Niño hace deberes


Educar niños responsables es una tarea a largo plazo, que requiere dedicación. Para fomentar el sentido de la responsabilidad en los niños es recomendable empezar firmándoles poco a poco en el compromiso, intentando que desde pequeños los niños se encarguen, dentro de sus posibilidades, de recoger su habitación, de poner la mesa, de organizarse su mochila o su maleta.

La responsabilidad como valor social está ligada al compromiso. La responsabilidad garantiza el cumplimiento de los compromisos adquiridos y genera confianza y tranquilidad entre las personas. Toda responsabilidad está estrechamente unida a la obligación y al deber. Ambos conceptos constituyen la materia prima de la responsabilidad.  
Por medio de juegos o de actividades en grupos, es más fácil y más ameno, enseñar el sentido de la responsabilidad a los niños y estarán más dispuestos a entender sus deberes y obligaciones'. Ser responsable en el sentido global de la palabra significa:
1. Responsabilidad hacia uno mismoSoy responsable de hacer realidad mis deseos, de mis elecciones y mis actos, de mi felicidad personal, de elegir los valores según los cuales vivo y de elevar el grado de mi autoestima.
2. Responsabilidad hacia las tareas a desarrollarSoy responsable del modo en que distribuyo mi tiempo y realizo mis deberes y trabajos pendientes.
3. Responsabilidad en el consumoSoy responsable de mis gastos, de cuidar mis cosas y de elegir los regalos de Navidad, cumpleaños...
4. Responsabilidad hacia la sociedadSoy responsable de mi conducta con otras personas: compañeros de trabajo, familia, amigos y de comunicarme correctamente con los demás.




miércoles, 5 de septiembre de 2018

los valores

Qué son Valores:


Los valores son aquellos principios, virtudes o cualidades que caracterizan a una persona, una acción o un objeto que se consideran típicamente positivos o de gran importancia por un grupo social.

Los valores son aquellas cualidades que se destacan en cada individuo y que, a su vez, le impulsan a actuar de una u otra manera porque forman parte de sus creencias, determinan sus conductas y expresan sus intereses y sentimientos.

En este sentido, los valores definen los pensamientos de las personas y la manera en cómo desean vivir y compartir sus experiencias con quienes les rodean

Sin embargo, también existe una serie de valores que son compartidos por la sociedad y que establecen los comportamientos y actitudes de las personas en general, con el objetivo de alcanzar el bienestar colectivo.
Por tanto, los valores se pueden clasificar por su importancia según las prioridades de cada persona o de la sociedad.
Entre los valores más importantes, destacan los valores humanos porque tienen mayor reconocimiento y repercusión en los distintos grupos sociales. Estos valores se relacionan con la ética, el respeto, la tolerancia, la bondad, la paz, la solidaridad, la amistad, la honestidad, el amor, la justicia, la libertad, la honradez, entre otros.
Por ejemplo, la libertad es un valor humano que poseemos todas las personas para tomar nuestras decisiones y poder expresar nuestros sentimiento y opiniones.
Ahora bien, cuando se trata de aquellos valores que están aplicados a un grupo de personas en los cuales se toman en cuenta las culturas y las características sociales, entonces se hace referencia a los valores sociales y los valores culturales.
Asimismo, en contextos más específicos también se determinan otros grupos de valores importantes como los valores familiares, los valores religiosos, entre otros.
Por otra parte, la axiología es la rama de la filosofía que tiene como objeto de estudio los valores y los juicios de valor.

Valores éticos y valores morales

Los términos ética y moral tratan, entre otros temas, el concepto de los valores. Aunque en muchos casos se habla indistintamente de valores éticos y valores morales, estos términos no tienen el mismo significado.
Los valores éticos son aquellas pautas de comportamiento que buscan regular la conducta de las personas, tienen un carácter universal y se adquieren durante el desarrollo individual de cada persona.
Por su parte, los valores morales son aquellos transmitidos por la sociedad, de generación en generación que, en algunos casos, pueden estar determinados por una doctrina religiosa. Además, los valores morales se pueden modificar a lo largo del tiempo.

EL RESPETO

EL RESPETO. El respeto es la base fundamental para una convivencia sana y pacífica entre los miembros de una sociedad. Para prac...